miércoles, 29 de junio de 2011

ENTREVISTA DE PERSONAJE

Bailar con la sangre

Micaela Bereciartua, bailarina de 20 años y actual directora del cuadro de baile del Centro Vasco, opinó acerca de su vinculación con la institución. Fiel a la tradición, comenzó a moverse al ritmo de la cultura a sus tres años. Hoy, adulta y afianzada en sus elecciones declaró: “Es muy valorable que un lugar como el Centro Vasco siga en pie y como hace cien años todos los que pertenecemos a él tengamos la misma razón de compartir, colaborar, aprender y enseñar”.


¿Qué significa para usted el Centro Vasco?

El Centro Vasco es mi segunda casa, el lugar donde me crié y conocí a la gente que ahora son mis hermanos. Es un lugar que muchas veces me genera problemas y frustraciones, pero cuestiones naturales y típicas de todo grupo, aunque simultáneamente es el espacio que más gratitudes me trae que ninguno.

¿Cuál es la fecha más importante o significativa para el cuadro de baile y por qué?

Para mí, la fecha más importante del año para el cuadro de baile es la Semana Nacional Vasca-Argentina,  un encuentro de dantzaris de todo el país. Allí no sólo te encontrás con tus amigos de los otros centros vascos sino que también se realiza un teatro donde cada centro presenta un baile que prepara durante todo el año. Es muy gratificante.

¿Cómo se manejan con el centro vasco y cuál es su vinculación con la comisión directiva?

El Centro Vasco recibe una subvención del gobierno vasco y una cuota mensual que paga cada socio. Ese dinero es fraccionado por la comisión directiva y utilizado para mantener el edificio, pagar las cuentas, contratar transporte para viajes del cuadro de grandes o de txikis, comprar lo necesario para las actividades que se realizan, entre otros gastos.
 Además, la comisión se encarga anualmente, entre otras cosas, hacer el justificativo de la subvención con todos los comprobantes de cómo se utilizó el dinero y de eso depende la cantidad de dinero que manda el gobierno, siempre con un límite.


¿Qué siente al haber sido elegida directora del cuadro?

Es un honor que me hayan elegido como directora, ya que significa que la comisión directiva tiene la confianza en que lo voy a poder hacer, o que por lo menos voy a hacer todo mi esfuerzo para que las cosas mejoren día a día. Personalmente fue muy reconfortante ya que vengo de una familia en la que todos fueron directores del cuadro. Además, me resulta placentero poder retribuir un poco de todo lo que me dio el centro vasco durante mi vida.

¿Qué significa para usted que el año que viene se cumplan cien años del Zazpirak Bat?

Para mí es una fecha muy importante para una institución como la nuestra, la cual nació del simple hecho de tener un lugar de reencuentro para los inmigrantes.
Nuestro Centro Vasco es uno de los más antiguos del país y, después de tantas generaciones, todavía siguen vivas las tradiciones en cada una de las personas que lo integran.
Después de tantos años transcurridos, crisis, golpes de estado, problemas personales e institucionales y muchas cosas más,  creo que es muy valorable que un lugar como el Centro Vasco siga en pie y como hace cien años todos los que pertenecemos a él tengamos la misma razón de compartir, colaborar, aprender y enseñar.
Es una sensación muy reconfortante que hayamos logrado llegar a vivir por tanto tiempo y espero, y estoy casi segura, que los que vengan después de nosotros seguirán trasmitiendo y viviendo nuestra cultura durante mucho tiempo más.

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